Veinte Palabras
Veinte palabras
Los universos de vida de toda comunidad se han ordenado en el mundo a partir de las palabras. Con ellas se han maravillado, resistido en sus memorias y propagado sus historias. Desde la experiencia peculiar más fugitiva o del cotidiano murmurar de un río, una constelación de asombros se hayan cautivos en ellas, significándolos.
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Nota de Prensa
Exhibición individual | Natalia Revilla
Inauguración: jueves 15 de septiembre – 19.30-h. Hasta el 14 de octubre del 2016.
Los universos de vida de toda comunidad se han ordenado en el mundo a partir de las palabras. Con ellas se han maravillado, resistido en sus memorias y propagado sus historias. Desde la experiencia peculiar más fugitiva o del cotidiano murmurar de un río, una constelación de asombros se hayan cautivos en ellas, significándolos.
Cada lengua recoge la historia de sus gentes hilvanando experiencias heredadas por sucesivas generaciones en sus tradiciones orales y escritas. Así, la palabra es el eslabón de una cadena, de la que toda producción humana se sirve y participa para completar sus creaciones. Cada lengua es la evidencia de un espíritu comunitario, reflejo de una forma particular de vivir en el mundo.
Enigmático, el lenguaje genera comunidad, aun siendo un campo minado por ambigüedades e interpretaciones equívocas que vemos tallar en situaciones como el encuentro entre distintas lenguas. Es ahí donde surgen palabras únicas que expresan lo que para nosotros sería casi un proverbio, disolviendo cualquier posibilidad de referencia en el mundo de nuestra experiencia hablada. Aun así, la incapacidad para encontrar un valor certero no desestima la sabiduría que hayamos en ellas, lo que Walter Benjamin llamó “el lado épico de la verdad”, y que encontramos en la elocuencia de su expresividad narrativa.
Esa es la cuestión a la que las imágenes de Natalia Revilla nos enfrentan. Surgidas del encuentro de un diccionario Matsiguenga – Castellano y de entrevistas realizadas a hablantes de ambas lenguas, estas 20 palabras se presentan sin admitir paridad en la nuestra, y desde esa imposibilidad nos hablan de una cualidad compleja de la comunicación que también encontramos en la imagen.
Aquí, la palabra se debate entre la trampa de resolver una equivalencia y la amplitud narrativa del mundo simbñolico que las originó en sus figuraciones sobre la muerte, la naturaleza y sus gentes.
Gabriela Manrique Vallier.
La exhibición estará abierta al público en Wu Galería [Av. Sáenz Peña 129, Barranco] desde el jueves 15 de septiembre hasta el viernes 14 de octubre. El horario de atención de la galería es de lunes a viernes de 10:30 am. a 7:00 pm. y sábados de 03:00 pm. a 7:00 pm. Para mayor información, favor contactar al correo info@wugaleria.com
Sobre la artista:
Natalia Revilla [Lima, 1981] es egresada de la especialidad de pintura de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha realizado exposiciones individuales en Lima y Bueno Aires y ha participado en numerosas muestras colectivas en Lima, Barcelona, Basel, Bogotá, Chicago, Córdoba, Miami y Santiago de Chile. Su obra se encuentra en las colecciones del Tama University of Arts, Japón y el Florean Museum, Rumanía.
Nota: Como el Matsiguenga es un lenguaje hablado y no escrito, no existe una manera correcta de escribir las palabras. Las palabras Matsiguenga de esta exhibición están escritas como aparecen en el “Diccionario Matsiguenga – Castellano” (Serie lingüística Peruana Nº 56).
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